martes, 27 de enero de 2015

La puerta del Este

Fotografía de Gabriela Romero 
Cuando aún era polvo yaciente bajo siete capas de tierra, en los cielos siete sellos del libro se abrieron. La Tierra fue azotada por jinetes alados en caballos de fuego. Del último sello descendieron siete ángeles con trompetas, escupiendo: truenos, relámpagos y miserias. Se revelaron abismos, cayeron montañas y el mar secó. Luego siete copas les fueron entregadas y de ellas, menos de la última, la peste se derramó. Y pasaron años. Un río de agua limpia envolvió la Tierra y a la tierra infiltró. Bautizó huesos, cenizas y polvo... Entonces fui cuerpo saliente asida a sus clavos de forja.

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